lunes, 21 de noviembre de 2016

La vida nos hizo un llamado

La vida nos hizo un llamado

Recuerdo los sucesos de esas tres semanas como si fueran hoy. Tengo la foto en mi retina el momento en que Gus, mi marido, entraba a casa con cara de desesperación y tristeza, para darme esa cruel noticia: Paz, nuestra Pachi, tenía el Síndrome Urémico Hemolítico. Desplomada y sin fuerzas me preguntaba por qué a ella, por qué a nosotros, si cuidamos y protegemos a nuestras hijas como nadie en el mundo. Miles de preguntas pasaron por mi mente en tan solo dos segundos, pero nos tocó a nosotros y debíamos enfrentar la situación.

Llorando, comenzamos a armar el bolso, eligiendo la ropa de nuestra pequeña de solo dos añitos. Ella dormía la siesta, la despertamos, la cambiamos y nos fuimos al hospital. Fue así que durante una semana pasamos los peores días de nuestras vidas. Esperando todas las mañanas los resultados de sus análisis, rogándole a Dios obtener buenas noticias, y a medida que nos daban esas buenas noticias las festejamos como si fuere el día que nació, teníamos esa sensación de felicidad única e inexplicable. Esa felicidad de ver a tu hija luchar contra una horrible enfermedad y saber que la estaba venciendo.  
Un día ingresó la Doctora a la habitación y anunció que Pachi podía ir a casa, a jugar con sus juguetes, a dormir en su camita, a reencontrarse con su hermana Solcito, esa hermana dulce y fuerte que soportó esa semana mejor que nosotros. Nuestra guerrera ganó la batalla.

Con el tiempo, fui comprendiendo que la vida nos hizo un llamado y alertó nuestro camino: hay que dejar de ver problemas que no son,  para comenzar a vivir las pequeñeces que esa misma vida se ocupa en regalarnos, y que nos llenan el alma.

Sentarse a jugar con tus hijos, escucharlos, entenderlos y estar cien por ciento conectados con ellos. Decirle “te amo” a tu pareja, lo importante que es para tu vida o darle un mimo y un abrazo. Llamar a tus papás tan solo para saber que hicieron el domingo, sentarse a hablar, escucharlos o compartir una comida con ellos, porque nos esperan y quieren saber de nosotros. Darles el lugar a los abuelos que mimen y malcríen a sus nietos sin medidas, tan solo porque son sus abuelos y eso los hacen felices.  Recibir a tus amigos en casa y agasajarlos con todo lo que se merecen, reírse con ellos o simplemente escuchar música en silencio. Decirles a tus hermanos y sobrinos que los adoras con el alma. ¡Viajar! viajar mucho, que nos hace crecer y tener experiencias inolvidables, que llegan a crear lazos fuertes entre las personas. Perdonar y pedir perdón, esa palabra tan difícil que cuesta salir de nuestras bocas, y es tan poderosa que hace posible despojar nuestro orgullo y odio del alma y si no lo hacemos puede que algún día nos cueste caro.  Tolerar, escuchar y entender al otro. Son acciones posibles, que están al alcance de nuestras manos.

Trabajar horas y horas por alcanzar un puesto de Gerente General, nos hace crecer desde lo material pero no en lo espiritual. No digo que el trabajo no es relevante, en definitiva es parte del alimento de nuestra autorrealización, nuestra sustentabilidad económica. Pero el trabajo viene y se va, su tiempo lo podemos perder y recuperar. Con los  afectos no sucede lo mismo, el tiempo perdido en ellos es irrecuperable.  

La enfermedad de Pachi nos dejó una huella en nuestras almas. Ni nadie, ni nada nos prepara para enfrentar algo así. Ahora no es más que un mal recuerdo, pero esta experiencia nos dejó un gran saber. Esas tres semanas nos marcó para toda la vida, cambió nuestro destino. Pachi y Solci nos enseñaron a enfrentar la vida y disfrutar de ella al máximo. Hoy tenemos dos hijas hermosas y sanas, y estamos convencidos que la familia que logramos crear es la razón de nuestra felicidad. Mi acto de solidaridad, se trata de esto, desde lo que le tocó vivir a mi chiquita, transmitir lo que aprendimos después de un duro golpe,  y que los demás abran los ojos, sin necesidad de pasar por lo que nosotros pasamos. Y como bien dice el escritor bogotano Eduardo Alighieri “Cada caída implica un aprendizaje, cada aprendizaje crecimiento”.

Erika Griffiths

Sobre el Síndrome Urémico Hemolítico
El SUH, es una enfermedad endémica, causada por la Bacteria Escherichia Coli. Al ingresar al organismo produce una toxina que afecta principalmente a la función renal y la sangre, también al sistema nervioso central, corazón y páncreas. Es la primera causa de insuficiencia renal aguda en niños menores de 5 años según la Sociedad Argentina de Pediatría. Puede causar la muerte o dejar secuelas para toda la vida, como insuficiencia renal crónica, hipertensión arterial y alteraciones neurológicas. El país de Argentina, presenta la incidencia más alta del mundo, más de 500 casos son registrados anualmente. El 10% de los chicos que toman contacto con la bacteria desarrollan en SUH, el 5% resulta mortal. En la actualidad no existen antibióticos que eliminen la bacteria, solamente tratamientos de contención que reemplazan lo que va destruyendo la toxina, por ejemplo transfusiones de sangre, diálisis, tratamiento de presión. La única batalla contra esta enfermedad es la prevención.[1]

Investigando, me encontré con el admirable trabajo de Federico y Verónica, papás que perdieron su bebé de tan solo un año y cuatro meses a causa del SUH. A pesar de su dolor, no dudaron en hacer frente a esta enfermedad y crearon la Fundación Ciro de Santadina que persigue la misión de investigar, capacitar, difundir y prevenir el Síndrome Urémico Hemolítico a fin de erradicarlo. Brindan asesoramiento integral  y ayudan a las familias que han sido afectadas, para alcanzar una mejor calidad de vida. Uno de los proyectos que realizan junto al Conicet, es investigar el desarrollo de la vacuna para impedir la colonización intestinal,  en bovinos y otros animales. [2]








3 comentarios:

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  2. Que lindo leer este mensaje...cuan cierto...y que decir de Fede y Vero...Admirable...ayudan a que todos cuidemos a nuestros hijos y niños de todo el pais y proactivamente no solo acompañan a quienes necesitan su apoyo sino que a travez de los fondos de la fundación Ciro promueven la prevencion y deteccion temprana... No mas palabras....GRACIAS :)

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